El escándalo Grifols

La resistencia demostrada por la economía ha mitigado el impacto del retraso en la reducción de tipos por parte de los bancos centrales. En este comienzo de año, mientras las rentabilidades de la deuda vuelven a subir, los precios de los bonos, que se mueven inversamente a las rentabilidades, han corregido parte de las ganancias registradas a finales de 2023. Aunque las pérdidas han caracterizado el primer trimestre, la deuda de alto riesgo ha mostrado una mayor resiliencia ante estas turbulencias. Según el índice global elaborado por Barclays y Bloomberg, la deuda global cayó más de un 2% en el primer trimestre, contrastando con las ganancias cercanas al 2% del mercado de bonos de alto rendimiento.

Este comportamiento positivo se refleja también en el mercado primario. Según datos de Beka Finance, en los tres primeros meses de 2024, el volumen de emisiones europeas de alto rendimiento alcanzó los 33.560 millones de euros, representando el 4,9% del total. Esta actividad contrasta con la sequía del mercado español. A pesar de que los emisores financieros, corporativos y soberanos han colocado 45.350 millones de euros en un arranque de año, los emisores sin grado de inversión han optado por esperar.

El director general de distribución de renta fija para Beka, Federico Lupin, señala que la sequía del mercado español se justifica por las alternativas disponibles para los inversores en la actualidad. Después de años en los que los tipos de interés cercanos a cero obligaban a los inversores a asumir un mayor riesgo para obtener rendimientos, ahora que las tasas están en máximos de dos décadas, ya no es necesario adoptar una postura tan arriesgada. Además de las letras, que son el producto estrella entre los inversores minoristas, ahora es posible encontrar opciones más atractivas en grado de inversión sin necesidad de aumentar las duraciones.

Junto con la aparición de nuevas alternativas que compiten directamente con las rentabilidades por dividendo, Lupin destaca la importancia de la liquidez. En la deuda de alto rendimiento, y especialmente en la española, uno de los riesgos para los inversores es la falta de liquidez, lo que puede dificultar la venta de los activos en momentos de tensión del mercado.

Por otro lado, la baja demanda y la ausencia de vencimientos próximos en el mercado español llevan a los emisores a esperar y confiar en una eventual rebaja de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE) para aliviar su carga financiera. Sin embargo, Lupin cuestiona esta dinámica y sugiere que las empresas deberían anticiparse a sus necesidades de financiamiento y no depender tanto de las decisiones del BCE.

En cuanto al mercado secundario, la resistencia de la economía ha ayudado a contrarrestar la corrección derivada del ajuste de las expectativas de tipos. Sin embargo, la cotización de los bonos de alto riesgo en este mercado está determinada por los fundamentos de las compañías. Mientras algunas compañías, como Grifols, han sufrido pérdidas debido a problemas específicos, otras, como IAG y Cellnex, han mostrado una mayor recuperación, reflejada en la mejora de sus calificaciones y en el desempeño de sus bonos.

En resumen, aunque el mercado de deuda de alto riesgo español enfrenta desafíos como la falta de liquidez y la baja demanda, existen perspectivas positivas a medida que se espera una posible relajación de los tipos de interés y un entorno económico más favorable en el futuro.

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Capafons & Cia. S.L.