¿Cómo se prepara la sucesión de una empresa que vale casi un billón de dólares?

Warren Buffett, a sus casi 93 años, lidera un conglomerado empresarial de casi un billón de dólares de capitalización bursátil, destacándose como uno de los inversionistas más destacados a nivel mundial.

Recientemente, celebró la junta anual de accionistas de Berkshire Hathaway, reuniendo a cerca de 18.000 participantes en Omaha (Nebraska). Según El País, las normas de cortesía de la junta permiten preguntas de todo tipo, excepto aquellas relacionadas con futuras transacciones y asuntos políticos. Sin embargo, un tema clave ha sido la venta masiva de acciones en Apple por 20.000 millones de dólares, junto con un homenaje a Charlie Munger, socio y amigo de Buffett, fallecido en noviembre del año anterior.

Buffett, en sus palabras de despedida, expresó su deseo de regresar el próximo año, pero los accionistas han puesto el foco en otro tema: la sucesión de Buffett. En años anteriores, Buffett había sugerido a Charlie Munger como su sucesor, pero este, fallecido a los 99 años, consideraba necesario un sucesor más joven. Así, hace tres años, Buffett nombró a Greg Abel, actual vicepresidente de la empresa, excluyendo el segmento asegurador, como su sucesor potencial.

La figura de Buffett trasciende su cargo de presidente y CEO, siendo conocido como ‘el oráculo de Omaha’ y uno de los inversionistas más influyentes del mundo. ¿Puede esa trascendencia ser heredada? La designación de Abel como sucesor fue respaldada por la junta hace tres años, destacando su trayectoria profesional y su capacidad para preservar la cultura y los valores de la empresa.

La sucesión en cualquier organización, ya sea un conglomerado de billones de dólares o una empresa familiar más pequeña, requiere una transición ordenada y sin interrupciones. Abel ha sido señalado como el encargado de preservar la cultura de Berkshire Hathaway, reconociendo que es esa cultura la que distingue a la compañía. Sin embargo, ¿cómo se puede transmitir este valor intangible?

Belén Alarcón, de Abante, destaca la importancia de que las nuevas generaciones comprendan la historia, la misión y los valores de la empresa, tanto en empresas familiares como en grandes corporaciones. La cultura y la forma de hacer las cosas constituyen el ADN de cualquier empresa, y transmitirlos adecuadamente es fundamental para garantizar su continuidad más allá del liderazgo actual.

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Capafons & Cia. S.L.