El inverosímil mercado

Esa tarjeta regalo de Amazon que tu cuñada te obsequió de manera sutilmente incómoda por tu cumpleaños puede ser más que un simple gesto pasivo-agresivo; puede convertirse en una moneda en la sombra si cae en manos equivocadas. El canje de cupones electrónicos de diversas empresas, desde Amazon hasta la Casa del Libro, se ha convertido en una práctica emergente para adquirir criptomonedas sin necesidad de declararlas a Hacienda, manteniendo el anonimato. Este mercado informal ha prosperado en los últimos años gracias a la proliferación de nuevos intermediarios de criptomonedas y plataformas virtuales que facilitan estas operaciones, accesibles desde diversos foros en internet.

La reventa de estas tarjetas, también conocidas como “de circuito cerrado” debido a su uso limitado a un único comercio a cambio de criptomonedas, ha generado su propio mercado secundario, en gran parte debido a la dificultad de rastreo por parte de los reguladores financieros. Estas transacciones no están supervisadas por el Banco de España ni pueden ser rastreadas por la Agencia Tributaria, según han confirmado fuentes de ambas entidades a CincoDías. Además, se benefician de lagunas jurídicas en la normativa europea sobre el uso de dinero electrónico. A pesar de que empresas como Chainalysis, especializada en el análisis de transacciones de Bitcoin, pueden rastrear operaciones en la cadena de bloques, no poseen capacidad para seguir la pista de la compra de tarjetas de regalo.

En la mayoría de los casos, las marcas que emiten estas tarjetas prepago no están al tanto de su utilización en el mercado secundario. Por ejemplo, fuentes de la Casa del Libro han manifestado su sorpresa al conocer el uso de sus tarjetas en plataformas como BitRefill y Coinsbee, indicando que estas tarjetas solo deberían utilizarse en sus tiendas físicas y que el canje por criptomonedas está prohibido. Amazon, otro de los emisores de tarjetas regalo, acumuló una considerable suma en tarjetas no canjeadas al cierre de 2023, advirtiendo a sus usuarios sobre el uso adecuado de estas tarjetas.

Para el coordinador del Grupo de Expertos en IRPF de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), estas actividades podrían considerarse como delitos fiscales o incluso como blanqueo de capitales si los activos se adquieren con dinero proveniente de actividades ilícitas. Aunque la Agencia Tributaria cuenta con una potente infraestructura informática, rastrear estas transacciones sigue siendo un desafío. Serantes señala que las sanciones por no declarar las criptomonedas en la Declaración de la Renta podrían ser significativas.

El auge de las fintechs ha contribuido al surgimiento de un mercado no regulado en plataformas como Discord, Reddit y Telegram, donde los usuarios buscan alternativas para realizar transacciones sin utilizar monedas fiduciarias. Estos foros son utilizados para intercambiar códigos y consejos para eludir el sistema financiero tradicional. En muchos casos, las tarjetas se intercambian por debajo de su valor nominal en brókeres de criptoactivos como Paxful, BitPay o Coinsbee, que prometen ser una vía más segura para estas transferencias. En estas plataformas, los usuarios pueden intercambiar tarjetas regalo por criptomonedas o viceversa, manteniendo un grado de anonimato en las transacciones.

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Capafons & Cia. S.L.