Trump da alas a los billonarios
Hubo una época, no hace tanto tiempo, en la que alcanzar un valor bursátil de un billón de dólares era visto como una hazaña casi imposible. Hoy, sin embargo, tras la euforia en los mercados estadounidenses tras la elección de Donald Trump, ese club exclusivo ha crecido como nunca antes: por primera vez, una decena de grandes corporaciones cotizadas superan simultáneamente esa barrera, logrando el codiciado estatus de “compañías de billones”. Este crecimiento es una excelente noticia para sus accionistas, que han visto dispararse la rentabilidad de sus inversiones. Sin embargo, el auge de estas megacorporaciones plantea al menos dos interrogantes clave: ¿se están inflando las valoraciones más allá de lo razonable? ¿Se encamina el ecosistema empresarial hacia una era de súpercorporaciones tan grandes que no se les podría dejar fracasar?
La historia ha tomado velocidad. La primera en cruzar este umbral fue PetroChina, en 2007, aunque su reinado fue breve. Tuvieron que pasar 11 años y una Gran Recesión para que otra empresa, Apple, volviera a superarlo, impulsada por el fenómeno del iPhone y las colas de fans en sus tiendas. A partir de ahí, comenzó a tomar fuerza una era dorada para las grandes firmas tecnológicas estadounidenses: Amazon (2018), Microsoft (2019), Alphabet (2020), Facebook (2021), Tesla (2021) y Nvidia (2023) se sumarían progresivamente al club. Así nacieron “los siete magníficos”.
Antes de esto, en 2019, la petrolera saudí Aramco protagonizó la mayor salida a Bolsa de la historia, rompiendo la exclusividad de las megacorporaciones estadounidenses en el club del billón de dólares. Y no solo ingresó con fuerza, sino que rápidamente tomó la delantera, convirtiéndose en la primera cotizada en superar los dos billones de valor de mercado. Sin embargo, como suelen decir quienes alcanzan la cima, lo difícil no es llegar, sino mantenerse. La caída de Facebook tras sus fallidas inversiones en el metaverso, y las dudas sobre la elevada valoración de Tesla, que llegó a superar en capitalización a sus 12 principales rivales del sector automotriz combinados, sacaron a ambas compañías de este selecto club. De hecho, los siete magníficos nunca lograron coincidir en el club del billón al mismo tiempo.
Muchos, especialmente en el caso de Tesla, pensaron que una burbuja había estallado. Incluso las proyecciones más optimistas para los vehículos eléctricos y autónomos no parecían justificar una valoración que eclipsaba a gigantes como Toyota, Volkswagen, Daimler, General Motors, BMW, Ford y Ferrari juntos. Pero se equivocaron. La estrecha relación de Elon Musk con el entonces presidente electo Donald Trump, a quien Musk respaldó durante la campaña y de quien se esperaba una fuerte influencia a su favor, impulsó a los inversores a apostar por Tesla como una de las mayores beneficiarias del nuevo gobierno. En un giro sorprendente, su capitalización superó de nuevo el billón de dólares apenas unos días después de la victoria de Trump, un regreso inesperado para muchos.
Además de los siete magníficos y del gigante saudí Aramco, otras dos empresas lograron recientemente alcanzar la marca del billón. La primera fue el fabricante de chips taiwanés TSMC, proveedor de Nvidia, Apple y otras grandes tecnológicas, que se ha beneficiado de la creciente demanda de semiconductores para inteligencia artificial. La sólida evolución de su cotización ha estado respaldada por resultados que superan las expectativas de los analistas, a pesar de desafíos como la prohibición de Estados Unidos de exportar sus microprocesadores más avanzados a China.
La segunda fue Berkshire Hathaway, el conglomerado dirigido por el legendario inversor Warren Buffett. A sus 94 años, Buffett ha llevado su empresa a alturas reservadas a muy pocos. Su cartera combina negocios tradicionales, como la ferroviaria BNSF Railway, Coca-Cola, la petrolera Chevron, la cadena de comida rápida Dairy Queen, Bank of America y el gigante de la alimentación Kraft, con participaciones en empresas más innovadoras, como el fabricante chino de automóviles eléctricos BYD y la propia Apple.
Buffett acumula liquidez
A pesar del buen desempeño de Berkshire Hathaway, Warren Buffett ha estado lanzando señales de cautela hacia el mercado desde hace varios meses. En el verano, redujo su participación en Apple a la mitad, y la oleada de ventas ha continuado desde entonces. Actualmente, Berkshire acumula una liquidez récord de 325.000 millones de dólares, tras haber vendido acciones por valor de 166.000 millones en los últimos dos años.
Con los principales índices bursátiles en máximos históricos, estas ventas han dado argumentos a quienes advierten que las Bolsas están sobrevaloradas. Otros, sin embargo, opinan que Buffett podría estar perdiéndose parte de las ganancias por un exceso de prudencia. “Regla número 1: nunca pierdas dinero. Regla número 2: nunca olvides la regla número 1″, dice una de sus citas más conocidas. La victoria de Trump ya era vista por muchos como un posible impulsor del mercado, gracias a su política de bajos impuestos y sus conexiones con magnates como Elon Musk. Sin embargo, aunque su triunfo fue contundente, la incertidumbre se mantuvo hasta el último momento, y reducir la exposición en vísperas de los comicios también significaba controlar riesgos en un entorno incierto.
Nvidia, la mejor del año
Dentro del club de las empresas billonarias, las diferencias de tamaño son notables. Tres gigantes—Nvidia, Apple y Microsoft, en ese orden—superan los tres billones de dólares en valor de mercado. Dos más, Alphabet y Amazon, se sitúan por encima de los dos billones. Otras cinco rondan o superan el billón de dólares, con Tesla, Berkshire Hathaway y TSMC muy cerca de esta frontera. En lo que va de año, las acciones con mejor rendimiento han sido Nvidia (+193 %), TSMC (+86 %) y Meta (+64 %). En el extremo opuesto, las menos favorecidas han sido Saudi Aramco (-15 %), Microsoft (+11 %) y Apple (+16 %).
¿Puede este club seguir creciendo? Dos candidatos estadounidenses están próximos a cruzar el umbral: Broadcom, fabricante de chips, y la farmacéutica Eli Lilly, líder global en tratamientos contra la obesidad. Sin embargo, salvo un impulso inesperado, su incorporación en el corto plazo parece poco probable. Mientras tanto, el selecto grupo de las Diez Grandes y su legión de accionistas esperan la llegada de Trump, buscando indicios sobre el rumbo que tomará el mercado.