¿Qué persigue el BCE?

El BCE ha comenzado a revertir la vertiginosa subida de tipos de interés que inició en julio de 2022, al tiempo que prepara su política monetaria con una visión a medio plazo, más allá de la reciente bajada del precio del dinero decidida ayer. A partir del 18 de septiembre, entrarán en vigor nuevos tipos de interés más bajos en la zona euro, aunque no todos disminuirán en la misma proporción. Esta decisión, que el BCE adelantó en marzo, busca normalizar gradualmente su política monetaria tras años de medidas extraordinarias, sin generar inestabilidad en los mercados.

El BCE ha reducido el tipo de facilidad de depósito, referencia clave en la zona euro, en 25 puntos básicos, pasando del 3,75% al 3,5%. Este es el interés que las entidades financieras reciben por sus depósitos a un día en el BCE y sirve como base para determinar el coste de financiación en la región. Este nivel del 3,5% se convierte en la referencia central de la política monetaria del banco.

Además, el BCE ha ajustado el tipo de interés de las operaciones principales de financiación, que baja del 4,25% al 3,65%. Este ajuste, que suma 60 puntos básicos en total, combina una reducción de 35 puntos decidida en marzo (con efecto en septiembre) y los 25 puntos adicionales de la reciente bajada. Este tipo de interés es el que los bancos pagan por obtener financiación a una semana del BCE, y tradicionalmente ha sido la referencia más común para los tipos de interés en la zona euro. Con esta rebaja, las entidades que hasta ahora pagaban al BCE 50 puntos básicos sobre el tipo de la facilidad de depósito por la liquidez, ahora solo pagarán 15 puntos básicos más, lo que marca un límite inferior para el coste de financiación de la banca con el BCE.

Un experto de Afi, explica que “aunque la banca de la zona euro no enfrenta problemas de liquidez, este ajuste hará más accesible para los bancos la solicitud de financiación al BCE, sin generar agravios ni riesgos de fragmentación financiera”. Esta reducción del diferencial entre el tipo de operaciones principales de financiación y la facilidad de depósito, también conocido como “corridor”, beneficiará a bancos como los italianos, que cuentan con menor exceso de liquidez tras devolver las líneas extraordinarias de financiación solicitadas al BCE durante la pandemia.

Este ajuste técnico coincide con la devolución final de esas líneas extraordinarias de liquidez, que los bancos están próximos a reembolsar por completo. El 25 de septiembre, las entidades deberán devolver 42.240 millones de euros de una línea TLTRO III lanzada hace tres años, y el 18 de diciembre vencerá la última inyección extraordinaria, con 34.210 millones aún pendientes de devolución.

Con el fin de estas masivas inyecciones de liquidez, el BCE espera que la banca vuelva a utilizar las operaciones semanales de financiación, que aunque han seguido en marcha, lo han hecho con un volumen mínimo de peticiones. En todo caso, la liquidez que los bancos soliciten al BCE tendrá un coste menor, a 15 puntos básicos por encima de la facilidad de depósito, en lugar de los 50 actuales.

El BCE asegura así que la liquidez no sea un problema para los bancos, algo respaldado por el hecho de que el exceso de liquidez sigue siendo elevado, en 3,07 billones de euros, aunque ha caído desde los 4,7 billones que se alcanzaron en noviembre de 2022. Este exceso corresponde a los fondos que los bancos mantienen por encima de los requisitos mínimos de reservas, un factor que marca una diferencia importante para la banca de la zona euro, como quedó demostrado en marzo de 2023, cuando el colapso del Silicon Valley Bank sacudió al sistema financiero estadounidense.

Según Bankinter, la reducción del diferencial entre el tipo de depósito y el de crédito de 50 a 15 puntos básicos es una buena noticia para la banca, ya que disminuye el coste de financiación mayorista y se espera un aumento en la demanda de crédito, como refleja la encuesta trimestral del BCE al sector. Sin embargo, el exceso de liquidez no ha sido hasta ahora un factor determinante en la concesión de préstamos.

“El mercado interbancario europeo no funciona, por lo que la alternativa de financiación para los bancos sigue siendo el BCE”, comentan. El objetivo de la institución presidida por Christine Lagarde es ofrecer incentivos para que los bancos busquen financiación en los mercados, según lo anunciado en marzo. Además, según Goldman Sachs, el BCE llevará a cabo otra revisión de su marco operativo en 2026, basándose en la evolución de los tipos de interés en el mercado y la demanda de liquidez.

Desde Pimco señalan que la reducción en los tipos de las operaciones principales de financiación, anunciada en marzo, tendrá un impacto limitado a corto plazo. Aunque su aplicación será efectiva el 18 de septiembre junto con la reciente bajada de tipos, no ha generado grandes repercusiones en el mercado, dado que el tipo de la facilidad de depósito, que queda en el 3,5%, ya es la referencia para el mercado monetario.

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