Pérdidas en las ‘Siete Magníficas’

Hace años, una de las mayores gestoras de activos del mundo reveló un dato curioso: algunos de sus clientes con mejores resultados en Bolsa eran personas fallecidas. Esta anécdota ilustra un principio clave de la inversión: pensar en el largo plazo y no dejarse llevar por las emociones. Comprar cuando las acciones suben y vender cuando bajan suele ser una receta para perder dinero.

Quienes apostaron por las grandes tecnológicas estadounidenses tras la victoria de Trump, convencidos de que sus políticas proteccionistas, la desregulación y la bajada de impuestos impulsarían el mercado, han vivido un duro despertar.

Los llamados «Siete Magníficos» (Amazon, Apple, Facebook, Google, Microsoft, Nvidia y Tesla) han brillado en los últimos años gracias al auge de la inteligencia artificial. Su popularidad atrajo un gran flujo de inversión y fomentó la proliferación de fondos y ETF centrados en estas compañías. La facilidad de acceso a estos productos desde los brókeres más populares disparó la entrada de capital.

Con el regreso de Trump a la Casa Blanca, muchos inversores doblaron su apuesta por estos valores, convencidos de que su administración los favorecería. En las primeras semanas tras las elecciones, el optimismo reinaba: el Nasdaq alcanzó nuevos máximos. Pero desde entonces, el mercado ha dado un giro de 180 grados.

Quien invirtió 10.000 euros en el ETF Roundhill Magnificent Seven ha perdido unos 2.300 euros. Desde mediados de diciembre, el fondo se ha depreciado un 20%, restando 2.000 euros al capital. Además, la caída del dólar frente al euro ha supuesto una penalización extra de 300 euros.

El debilitamiento del dólar se debe, en parte, a la desaceleración de la economía estadounidense, que lo hace menos atractivo para los inversores. A esto se suma la mejora en las perspectivas económicas de la eurozona, impulsada por la inversión en defensa y la expansión fiscal de Alemania, fortaleciendo así el euro frente al billete verde.

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Otros ETF, como el Invesco QQQ Trust, con un 40% de exposición a los Siete Magníficos, han caído un 12% en el mismo periodo. Esto implica que, sumando la depreciación del fondo y la caída del dólar, un inversor que apostó 10.000 euros ha perdido unos 1.600. Alternativas como el Technology Select Sector SPDR Fund o el iShares U.S. Technology ETF han retrocedido un 14%, lo que se traduce en una pérdida de aproximadamente 1.700 euros. En cualquiera de los casos, quienes confiaban en que Trump garantizaría ganancias rápidas han visto cómo su inversión se deterioraba significativamente.

A principios de año, la mayoría de los gestores y analistas señalaban a la Bolsa estadounidense como la gran ganadora, frente a una Europa en aparente declive, aunque ya advertían sobre una mayor volatilidad. Pero en los mercados, todo puede cambiar en cuestión de semanas. La guerra comercial impulsada por Washington, la desaceleración en la creación de empleo, la caída de la confianza del consumidor y el repunte de la inflación han sembrado incertidumbre. Algunos economistas ya advierten sobre el riesgo de recesión en EE.UU. El propio Trump ha alimentado estos temores al no descartar esa posibilidad y, sobre todo, al negarse a reducir los aranceles adicionales a las importaciones extranjeras, una decisión que ha desconcertado a inversores y analistas, quienes asumían que evitaría cualquier medida que pusiera en peligro la racha alcista de Wall Street.

El resultado ha sido una fuga de capital, especialmente en sectores que ya generaban dudas por su posible sobrevaloración. Las grandes tecnológicas han sido las principales afectadas por las jornadas de fuertes correcciones. Por ejemplo, el S&P 500, el índice más representativo de la Bolsa estadounidense y que también incluye a los Siete Magníficos, alcanzó su máximo histórico el 19 de febrero. Sin embargo, en apenas un mes ha retrocedido un 9%.

Esto también ha impactado a los inversores en ETF indexados al S&P 500, productos muy populares entre minoristas por su bajo coste y la sólida rentabilidad que han ofrecido a largo plazo. Warren Buffett, considerado uno de los mejores inversores de la historia, ha reiterado que la mayoría de los gestores profesionales no logran superar al S&P 500 en el largo plazo. Y esa es la clave: mantener la inversión con visión de futuro.

Quienes compraron participaciones en ETF como el Vanguard S&P 500 o el iShares Core S&P 500, atraídos por el impulso inicial tras la victoria de Trump y con la esperanza de obtener beneficios rápidos, han visto cómo su inversión se reducía un 9%, lo que supone unos 900 euros de pérdidas por cada 10.000 invertidos. Si se suma el impacto del tipo de cambio, la cifra asciende a unos 1.300 euros evaporados.

Fuente: Cinco Días

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