La tensión geopolítica

El oro ha alcanzado máximos históricos en las últimas semanas, superando por primera vez el umbral inédito de los 2.500 dólares por onza. Este ascenso ha sido impulsado por varios factores: la debilidad anticipada del dólar, ante la inminente bajada de tipos de interés por parte de la Fed; las tensiones geopolíticas crecientes; y la búsqueda de refugio seguro tras la turbulencia que sacudió los mercados financieros a principios de agosto. Como resultado, el oro se consolida como uno de los activos más rentables del año, con un incremento del 20%. Este avance, sin embargo, no puede entenderse sin la sostenida demanda de los bancos centrales, especialmente de las economías emergentes, que han incrementado sus reservas de oro para diversificarlas y protegerse frente a un entorno geopolítico cada vez más polarizado y volátil. Estas compras, ya significativas, prometen seguir en aumento, actuando como catalizador para nuevos máximos del metal precioso.

La guerra en Ucrania marcó un punto de inflexión en las reservas de oro de los bancos centrales. Desde la invasión rusa, sus compras de oro se han triplicado, con seis autoridades monetarias a la vanguardia de estas adquisiciones desde mediados de 2022: China, Polonia, Turquía, Singapur, India y Qatar. Según datos del World Gold Council, las compras de oro de los bancos centrales aumentaron de 158,6 toneladas en el segundo trimestre de 2022 a 458,8 toneladas en el tercer trimestre, y 382,1 toneladas en el cuarto trimestre de ese mismo año. El 2022 fue un año récord para estas adquisiciones, con un total de 1.082 toneladas, mientras que 2023 estuvo cerca de superarlo con 1.037 toneladas, registrando la segunda mayor compra anual de la historia.

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En el primer semestre de este año, según los datos más recientes, las compras de oro por parte de los bancos centrales alcanzaron las 483 toneladas, un 5% más que en el mismo período del año anterior. Aunque se observó una leve disminución del primer al segundo trimestre, estas adquisiciones se perfilan como una tendencia a largo plazo, sosteniendo así el precio del oro. “La demanda de oro por parte de los bancos centrales en la primera mitad de 2024 fue la más alta jamás registrada para este período”, comenta el gestor de inversiones en oro y plata en Jupiter. Esta sostenida compra de oro durante la última década coincide con un cambio en el apetito de los bancos centrales por la deuda soberana y las monedas fiduciarias, en particular los bonos del Tesoro de EE.UU. y el dólar, que tradicionalmente dominaban sus reservas.

Una encuesta del World Gold Council revela que el 66% de los bancos centrales espera que la proporción de oro en sus reservas totales aumente en los próximos cinco años, un incremento significativo frente al 46% que lo preveía en 2022. Solo un 6% anticipa una disminución significativa.

Desde Credit Mutuel Asset Management, señalan que el alza en el precio del oro se explica por varios factores: la sostenida demanda de joyas, la inversión en oro físico (monedas y lingotes) principalmente por inversores asiáticos, y las masivas compras de oro por parte de los bancos centrales de países emergentes, que buscan diversificar sus reservas y reducir su exposición al dólar. “Aunque China, tras 17 meses consecutivos de compras, parece haber tomado un respiro, creemos que las compras de los bancos centrales seguirán siendo un factor de apoyo, ya que el oro aún representa solo entre el 4% y 5% de sus reservas de divisas”, explican desde la gestora. En el banco japonés MUFG, apuntan al potencial de crecimiento en las compras de oro por parte de bancos centrales emergentes, que todavía están lejos del 12% que el oro representa en las reservas de los países desarrollados. “Esperamos que las compras de oro por parte de los bancos centrales se mantengan firmes debido a la diversificación de reservas en países emergentes y a las elevadas tensiones geopolíticas”, sostienen en MUFG, donde proyectan un precio del oro de 2.750 dólares por onza para finales de año. “Los bancos centrales han sido actores clave en el sostenimiento de los precios del oro”, añade el jefe de análisis de metales preciosos en Bank of America.

En Schroders, son aún más enfáticos respecto al rol que los bancos centrales desempeñarán en las compras de oro. “Las más de 1.000 toneladas de oro compradas por los bancos centrales en 2022 y 2023, equivalentes al 20% de la demanda mundial, representan un cambio potencialmente sísmico”, afirma el gestor de fondos especializado en materias primas en la firma británica. Según Luke, la tensión geopolítica es un catalizador clave para estas adquisiciones. “Los 300.000 millones de dólares en reservas rusas congeladas ilustran claramente el impacto de la ‘militarización’ del dólar estadounidense, o en otras palabras, la hegemonía del dólar”, señala. Para muchos bancos centrales, la compra de oro se ha convertido en una estrategia para mitigar el riesgo de sanciones internacionales, impulsando así la diversificación de reservas. Entre 1989 y 2007, la tendencia predominante entre los bancos centrales era la venta de oro, en un contexto de acelerada globalización y con niveles de endeudamiento en EE.UU. muy distintos a los actuales. Sin embargo, tras la crisis financiera de 2008, las tensiones geopolíticas emergentes y el aumento masivo de la deuda pública llevaron discretamente a los bancos centrales de economías emergentes a reevaluar el oro como activo estratégico, una tendencia que se ha intensificado con la escalada de tensiones entre Estados Unidos y China, y las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania en 2022.

El Banco Central de Polonia es un claro ejemplo del impacto que ha tenido la guerra de Ucrania en las compras de oro de los bancos centrales. Durante el segundo trimestre de este año, Polonia lideró las adquisiciones con 18,68 toneladas, casi igualando las 18,67 toneladas compradas por el Banco Central de India y superando las 14,63 toneladas adquiridas por Turquía. El presidente del banco central polaco, Adam Glapinski, ha declarado recientemente que el objetivo es aumentar las reservas de oro hasta que representen el 20% del total, desde el actual porcentaje inferior al 15%. En comparación, en el Banco de España, el oro representa alrededor del 19% de las reservas totales.

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Capafons & Cia. S.L.