ETM, la minera de Trump

Donald Trump ha puesto a Groenlandia en el centro del escenario geoestratégico global, impulsando tanto su relevancia internacional como las expectativas bursátiles de la australiana Energy Transition Minerals (ETM). Esta pequeña compañía, con sede en las antípodas, ha visto cómo sus acciones se disparaban un 350% tras la victoria electoral de Trump, acumulando un alza adicional del 150% en lo que va de año.

El presidente electo declaró recientemente que “Estados Unidos siente que la propiedad y el control de Groenlandia es una necesidad absoluta”, un comentario que ha intensificado el interés mundial por la isla, la más grande del planeta y un territorio autónomo bajo soberanía de Dinamarca.

Este renovado foco en Groenlandia presenta una oportunidad única para ETM, que posee un activo estratégico en el yacimiento de Kvanefjeld. Este depósito, reconocido por su abundancia en tierras raras, representa una promesa significativa de riqueza. Sin embargo, el proyecto enfrenta un obstáculo crítico: el gobierno de Groenlandia retiró previamente el permiso de explotación, lo que mantiene el futuro del yacimiento en incertidumbre.

A pesar de estos desafíos, la combinación de factores políticos, estratégicos y la creciente demanda de minerales esenciales para la transición energética podría transformar el destino de ETM, convirtiéndola en un jugador clave en el desarrollo de recursos en la región.

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El interés de Donald Trump por Groenlandia ha impulsado a ETM a dar un salto significativo desde una posición casi inexistente en el panorama empresarial. A pesar del notable incremento en el valor de sus acciones, la capitalización bursátil de ETM se sitúa en tan solo 145 millones de dólares australianos (unos 87 millones de euros), una cifra comparable a la de Berkeley Energía, otra empresa australiana. Ambas comparten no solo un tamaño similar, sino también un desafío crucial: enfrentan litigios millonarios con las autoridades locales por los permisos de explotación, de los que depende su futuro.

ETM, además, desarrolla un proyecto de extracción de litio en España, específicamente en la localidad salmantina de Villasrubias, donde concluyó hace unos meses una segunda campaña de perforación. “El permiso de exploración está pendiente de renovación en mayo de 2025. Además, ETM dispone de otros permisos de exploración de litio en Castilla y León, así como licencias geotérmicas en el norte de Madrid”, informaron fuentes de la compañía a este medio.

El yacimiento clave de Kvanefjeld

El activo estrella de ETM es el yacimiento de Kvanefjeld, en Groenlandia, considerado el mayor depósito de tierras raras fuera de China, país que actualmente controla el 90% de la producción global de estas materias primas. Las tierras raras son esenciales para la fabricación de turbinas eólicas, vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, lo que convierte su control en un factor estratégico clave en la competencia entre potencias mundiales.

Algunos estudios sugieren que Kvanefjeld podría abastecer entre el 20% y el 30% de las necesidades globales de tierras raras en el futuro, consolidándose como un recurso crucial para la transición energética y tecnológica. Sin embargo, el proyecto enfrenta importantes obstáculos políticos y regulatorios.

Un giro político en Groenlandia

ETM inició sus operaciones en Groenlandia en 2007, pero su trayectoria se vio drásticamente afectada en 2021, cuando el partido Inuit Ataqatigiit, contrario a la minería, ganó las elecciones locales. Este gobierno promovió una legislación que prohíbe la extracción de uranio, afectando directamente al proyecto de Kvanefjeld. En junio de 2023, el ejecutivo groenlandés retiró formalmente la licencia de explotación del yacimiento, decisión que ETM calificó como una expropiación encubierta.

En respuesta, la compañía presentó una queja ante el Tribunal de Arbitraje de Copenhague, exigiendo una compensación de 11.500 millones de dólares por daños y perjuicios. ETM cerró el ejercicio de junio de 2024 con pérdidas de 2,4 millones de dólares, pero cuenta con una liquidez de 13 millones para afrontar el proceso legal.

Expectativas y movimientos estratégicos

A pesar de las incertidumbres, el mercado parece anticipar un cambio favorable para ETM. La compañía justificó ante el regulador australiano su meteórica subida bursátil por las recientes declaraciones de Trump y la proximidad de elecciones en Groenlandia, previstas para abril de este año. Según ETM, estos eventos han mejorado el optimismo de los inversores respecto al futuro de Kvanefjeld.

En un movimiento estratégico, ETM ha incorporado como asesora a la consultora liderada por Julie Bishop, exministra de Exteriores de Australia (2013-2018). Además, su equipo directivo planea visitar Groenlandia el próximo 3 de febrero para dialogar con las autoridades locales sobre la adecuación del proyecto a las prioridades del gobierno.

Un delicado equilibrio político

El primer ministro groenlandés, Mute Bourup Egede, enfrenta un complejo dilema entre la preservación medioambiental, la defensa de los recursos tradicionales como la pesca y las ambiciones de independencia económica de la isla, actualmente dependiente de los fondos daneses. Egede declaró recientemente: “No queremos ser daneses. No queremos ser estadounidenses. Queremos ser groenlandeses”, aunque también ha mostrado apertura a cooperar más estrechamente con Estados Unidos.

ETM, por su parte, asegura que el desarrollo de Kvanefjeld aportaría a Groenlandia 22.800 millones de dólares en impuestos y beneficios, además de generar un impacto económico significativo a través de infraestructura, empleo y servicios.

En este contexto, el desenlace del conflicto legal y las decisiones políticas pendientes serán determinantes para el futuro de ETM y el papel de Groenlandia en la geopolítica de los recursos estratégicos.

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