El truco de los muy ricos

Las deudas bancarias suelen ser una carga pesada para muchas familias. Pagos como la cuota de la hipoteca, el préstamo personal para las vacaciones o la tarjeta de crédito se convierten en gastos adicionales que erosionan el presupuesto mensual. Sin embargo, esto no aplica a todos por igual. Para las personas de grandes patrimonios, una línea de crédito bancaria puede convertirse en una estrategia para optimizar su carga fiscal y pagar menos impuestos. ¿Cómo lo logran?

La clave radica en la forma en que obtienen esa financiación. En los préstamos personales o con tarjetas de crédito tradicionales, el cliente responde con todo su patrimonio, lo que implica un riesgo para el banco. Por ello, las entidades imponen tipos de interés elevados, que oscilan entre el 11% y el 20% TAE. No obstante, en las líneas de crédito dirigidas a los más ricos, lo habitual es utilizar sus activos financieros como garantía. Por ejemplo, una persona con 50 millones de euros en fondos de inversión puede solicitar al banco una línea de crédito pignorando esos fondos, es decir, ofreciéndolos como respaldo. De este modo, el banco se asegura de que, en caso de impago, podrá cobrar quedándose con parte de esos activos. Esta mayor seguridad para la entidad se traduce en intereses mucho más bajos, entre el 2% y el 4%.

Pero, si ya se tiene el dinero, ¿por qué no vender los activos directamente para cubrir los gastos? La respuesta está en los beneficios fiscales. No vender los activos implica no tener que tributar por las ganancias, que en el Impuesto sobre la Renta pueden llegar a estar gravadas hasta un 28%. Además, quienes poseen grandes patrimonios suelen operar a través de sociedades que les permiten deducir los intereses pagados por la deuda de otros ingresos que sí están sujetos a impuestos.

El experto en fiscalidad de A&G Banca Privada, explica que la utilización de activos financieros como garantía es una práctica muy habitual entre los grandes patrimonios. Estos suelen organizar su riqueza a través de sociedades familiares que gestionan inversiones en inmuebles, fondos de capital riesgo, empresas y activos financieros. “Pignorar 10 millones de un fondo de inversión como aval para una línea de crédito permite acceder a condiciones de financiación muy atractivas. Además, los intereses son deducibles y, si el dinero se emplea en actividades empresariales, queda exento del cálculo para el impuesto sobre grandes fortunas”, comenta.

Un ejemplo reciente, compartido por un empleado bancario en la red social X, muestra el uso creciente de esta estrategia en España. Según su relato, un cliente con una cartera de fondos de 20 millones de euros y un retorno anual que supera la inflación en un 3% podría obtener una línea de crédito de 15 millones de euros, con un tipo de interés muy bajo, al pignorar sus fondos. Si cada año dispone de 500.000 euros, en 30 años su cartera habría crecido a 48 millones de euros, frente a los 15 millones que le quedarían si hubiera retirado dinero anualmente.

La diferencia fiscal es considerable. Si cada año vendiera sus fondos para obtener esos 500.000 euros, tendría que pagar a Hacienda el 28% de las plusvalías generadas. Además, si deja esa cartera de fondos a sus herederos, las ganancias acumuladas no tributarán. En resumen, el coste de mantener una línea de crédito se compensa con los ahorros fiscales y los rendimientos generados por los fondos pignorados.

El único riesgo potencial es una subida drástica de los tipos de interés, lo que encarecería la financiación, especialmente si se combina con una caída en los mercados bursátiles, como ocurrió en 2022. No obstante, al tratarse de inversiones a largo plazo, estos riesgos suelen ser temporales. Normalmente, los clientes de grandes patrimonios obtienen retornos de entre el 5% y el 8%, mientras pagan menos de la mitad en intereses.

ELON MUSK Y LOS BANQUEROS LOMBARDOS

Esta práctica tiene sus orígenes en Lombardía, Italia, y es conocida como “préstamo lombardo”. En Estados Unidos, la estrategia se denomina buy, borrow, die (compra, pide prestado y muere), permitiendo a los superricos optimizar su carga fiscal incluso en el momento de la herencia. El riesgo para los bancos es mínimo, ya que siempre pueden ejecutar los activos pignorados si es necesario. Un ejemplo famoso es el de Elon Musk, quien pignoró parte de sus acciones de Tesla para financiar gastos personales sin reducir su participación accionarial, que representa alrededor del 13% de la compañía.

El consejero delegado de la gestora True Value, señala que “la opción de pignorar activos financieros es utilizada por grandes fortunas, pero no resulta tan interesante para quienes no gestionan su patrimonio a través de sociedades”.

La firma MyInvestors, controlada por Andbank, lanzó hace dos años una propuesta comercial para que sus clientes pignoren sus fondos de inversión. Aunque en este caso, el interés es euríbor más 150 puntos básicos, equivalente a un 4,5% TAE aproximadamente, y el préstamo tiene un límite de 10.000 euros, requiriendo 20.000 euros en fondos como garantía.

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Capafons & Cia. S.L.