El fin de las ‘golden visas’

El pasado 8 de abril, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció por primera vez la intención de derogar el régimen de residencia para inversores, conocido como golden visas. Desde entonces, se había especulado sobre cuándo llegaría su fin. Ahora, parece que ese momento está cerca, tras la aprobación, el pasado día 4, del informe de la ponencia que recoge la enmienda presentada por el Grupo Parlamentario Socialista, la cual elimina este régimen regulado en la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.

Este régimen permite a ciudadanos de fuera de la Unión Europea obtener un permiso de residencia en España a cambio de realizar una inversión significativa en el país. Las opciones incluyen la compra de bienes inmuebles (mínimo de 500.000 euros), inversiones en acciones o depósitos bancarios (mínimo de 1 millón de euros) o la adquisición de deuda pública española (mínimo de 2 millones de euros).

Fue introducido en 2013, en plena crisis económica, con el objetivo de atraer capital extranjero y revitalizar el sector inmobiliario, que enfrentaba graves dificultades. La medida se inspiró en programas similares ya implementados en países como Portugal y Malta, orientados a incentivar la inversión internacional para reactivar sus economías.

Disposiciones Transitorias

La enmienda incluye dos disposiciones transitorias para gestionar la eliminación del régimen. La primera establece que las solicitudes presentadas antes de su entrada en vigor podrán tramitarse conforme a la normativa vigente en ese momento. La segunda, dirigida a los inversores en bienes inmuebles, les permitirá conservar sus visados y autorizaciones vigentes hasta que expire su validez. En ambos casos, las renovaciones se gestionarán bajo las normativas aplicables en la fecha de concesión inicial.

Motivos de la Derogación

El Gobierno justifica la derogación en dos argumentos principales:

  1. Impacto en el mercado inmobiliario y gentrificación: Se señala que la compra de viviendas de alto valor por parte de extranjeros ha desplazado a residentes locales con menos recursos, especialmente en áreas tensionadas.
  2. Efectividad económica limitada: Según el Gobierno, las inversiones en otros ámbitos no han tenido un impacto significativo, por lo que el objetivo de atraer capital extranjero no se ha cumplido.

Además, el escrutinio de la Unión Europea, intensificado tras la invasión rusa de Ucrania, ha llevado a algunos países a endurecer sus requisitos, alegando riesgos asociados a estos programas.

Una Crítica a los Argumentos Oficiales

Sin embargo, esta justificación parece carecer de sustento por varios motivos:

  • Impacto marginal: Según el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, el importe promedio de inversión se sitúa muy por encima del umbral mínimo, lo que indica que la presión sobre la demanda y la gentrificación en zonas tensionadas es residual.
  • Datos del sector: Inmobiliarias como Engel & Völkers afirman que las operaciones vinculadas a las golden visas representaron solo el 2% de las compras realizadas por extranjeros en 2023. Desde la introducción del régimen en 2013 hasta 2023, se otorgaron 14.576 visados, una cifra modesta en un horizonte temporal tan amplio.

Por otro lado, la eliminación de las vías alternativas de inversión, pese a su impacto mínimo según el propio Gobierno, tampoco parece justificarse. Sería más adecuado mantenerlas y redirigirlas hacia sectores estratégicos, como ha hecho Portugal, que ha reorientado su régimen hacia inversiones con un impacto económico y social más directo.

Comparación Internacional

El escrutinio europeo no ha conducido a una eliminación generalizada de los programas de golden visas. Solo Portugal ha introducido cambios significativos, limitándolos en el ámbito inmobiliario. Mientras tanto, países como Malta, Grecia e Italia mantienen estos programas, y Hungría incluso ha optado por reintroducirlos.

Reflexión Final

Aquellos inversores interesados en obtener este permiso de residencia deberían actuar con previsión. Aunque el proyecto de Ley Orgánica aún tiene recorrido parlamentario, conviene anticiparse y planificar su solicitud. Más allá de la residencia legal, las golden visas también abren la puerta a beneficios fiscales atractivos, como el régimen de impatriados del IRPF, conocido como la Ley Beckham. Este permite una tributación competitiva para nuevos residentes fiscales, un incentivo que, en muchas ocasiones, iba de la mano con la estabilidad jurídica que ofrecía el régimen de residencia para inversores, cuyos últimos días parecen ya contados.

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Capafons & Cia. S.L.