Discreción gallega para la CNMV

La propuesta de Carlos San Basilio (Lugo, 1965) como nuevo presidente de la CNMV ha sido recibida con alivio por la comunidad inversora, especialmente tras la polémica en torno al nombramiento de José Luis Escrivá al frente del Banco de España. El Gobierno ha optado por un relevo discreto y un perfil técnico para liderar el supervisor del mercado financiero español. San Basilio, una figura vinculada a la casa, fue secretario general del Tesoro entre 2018 y 2021, un periodo crítico en el que España emitió una cantidad récord de deuda soberana para paliar los efectos económicos de la pandemia. Su nombramiento ha sido impulsado por Carlos Cuerpo, actual ministro de Economía y su sucesor en el Tesoro.

San Basilio es reconocido por su carácter conciliador y su trayectoria sin estridencias. Antes de asumir su actual cargo en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) en Londres, dirigió el Tesoro durante un periodo en el que España gestionó necesidades de financiación que superaron los 300.000 millones de euros en 2020. Su experiencia en los mercados y en el contacto con inversores institucionales es valorada como una fortaleza clave para liderar la CNMV. Además, ocupó un puesto en el Consejo de la CNMV, el Banco de España y el FROB durante su paso por el Tesoro.

La misión de San Basilio será dar continuidad al perfil técnico de Rodrigo Buenaventura en la CNMV y abordar desafíos estratégicos. Entre ellos, destaca la implementación del reglamento MiCA sobre criptoactivos, que convierte a la CNMV en supervisor de las plataformas digitales, y el desarrollo de las recomendaciones de la OCDE para impulsar el mercado de capitales español. Este último aspecto busca potenciar el mercado de valores como una herramienta más robusta de financiación. También deberá supervisar operaciones complejas como la opa de BBVA sobre Sabadell, cuya aprobación dependerá de las condiciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Durante su mandato en el Tesoro, San Basilio impulsó la Ley del Mercado de Valores, que amplió las competencias de la CNMV en criptoactivos y promovió medidas para facilitar la inversión, como la reducción de tasas administrativas. Su conocimiento de los mercados desde la perspectiva del regulador, más que como parte de la comunidad inversora, marca un contraste con otras designaciones internacionales, como la de Paul Atkins en la SEC bajo la administración Trump.

Con su llegada, San Basilio regresa a la primera línea institucional española, respaldado por su experiencia en la gestión financiera pública y su habilidad para navegar complejos escenarios económicos.

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