Deuda espoleada
A comienzos de año, la situación parecía insostenible. Con una inflación más persistente de lo deseado, las expectativas de que 2024 se convertiría en un año favorable para la renta fija parecían una quimera. Sin embargo, tras superar el bache de abril, el mes más complicado para la renta fija en seis meses, los bonos han comenzado a repuntar, posicionándose como una alternativa de inversión frente a la Bolsa. En septiembre, un mes en el que la renta variable alcanzó nuevos máximos, la renta fija también mostró su fortaleza. La iniciación de la flexibilización monetaria en EE. UU. y la segunda rebaja de tipos en la zona euro han impulsado el índice de deuda global de Bloomberg, que ha crecido un 1,87%.
Si bien estas ganancias son modestas en comparación con el avance del 2% de Wall Street y el 4,2% del Ibex, marcan el quinto mes consecutivo de alzas, algo que no ocurría desde 2017. A medida que las rentabilidades se moderan, el precio de los bonos, que evoluciona de manera inversa, ha aumentado. Esta revalorización ha permitido que todas las categorías de deuda registren resultados positivos en el año, aunque aún no han recuperado las pérdidas acumuladas en los últimos dos años, cuando los bancos centrales se dedicaron a combatir la inflación, llevando las tasas a niveles máximos en dos décadas. Desde su emisión en mayo, el bono español a diez años ha registrado una rentabilidad del 4,33%, frente al 2,98% del bono portugués emitido a principios de año.
El jefe de renta fija de Amundi señala que la rebaja de 50 puntos básicos de la Fed ha desencadenado una notable revalorización de las expectativas de futuros recortes, y considera que aún hay margen para que los rendimientos a corto plazo continúen disminuyendo, dado que los indicadores macroeconómicos sugieren un crecimiento débil, especialmente en la zona euro, donde Alemania experimentó una contracción del 0,1% en el segundo trimestre. “Es posible que el BCE tenga que acelerar el ritmo de los recortes”, enfatiza, una perspectiva respaldada por la moderación reciente en los precios.
Días después de que se anunciara que la inflación en Francia y España había caído por debajo del 2% en septiembre, se reveló que en Italia ya está por debajo del 1%. Esta noticia provocó una rápida reacción de los inversores, quienes otorgan un 85% de probabilidad a un recorte de tipos en la próxima reunión. “Nos posicionamos a favor de un estrechamiento de los diferenciales de rentabilidad entre EE.UU. y Europa”, destacan los operadores. Sin embargo, el experto advierte que los bancos centrales aún dependen de los datos, lo que genera una elevada incertidumbre y sugiere que la renta fija seguirá siendo volátil. En un contexto donde los plazos largos de la deuda soberana seguirán presionados por los déficits (la semana pasada, la rentabilidad de la deuda francesa superó a la española por primera vez desde 2007), en Amundi consideran que las oportunidades más atractivas se encuentran en el crédito de alta calidad y en los mercados emergentes.
El CEO y gestor de renta fija de Buy & Hold señala que aún ve potencial en la deuda, especialmente en la corporativa, a pesar de que los diferenciales se hayan reducido. “Mantenemos sin cambios la duración media de nuestras carteras y hemos aumentado la calidad crediticia”, destaca. Para el fondo B&H Deuda, que presenta una rentabilidad media cercana al 4%, la duración es de solo 1,9 años, mientras que el fondo B&H Bonds tiene vencimientos de aproximadamente 3,3 años.
A pesar del fuerte descenso en las rentabilidades de la deuda a corto plazo (las letras a 12 meses en España ofrecen menos del 3%), el director de renta fija en Dunas Capital sigue apostando por plazos de entre 12 meses y tres años en deuda corporativa. El experto considera que hay poco valor en los bonos a medio y largo plazo, especialmente los soberanos. “Con déficits elevados, los bancos centrales reduciendo sus balances, la necesidad de un mayor gasto en defensa y la creciente dificultad para contener el gasto, será complicado ver bonos a medio y largo plazo por debajo del 2% de forma sostenida”, indica. Dentro de la deuda pública, el responsable de renta fija tradicional de Crédit Mutuel Asset Management infrapondera los bonos franceses y prefiere los españoles y portugueses.
En una línea similar, el director de distribución de Renta Fija en Beka Finance considera que los plazos ultra largos pueden enfrentar más dificultades. Ante el reciente aumento del bono estadounidense a 10 años, que alcanzó el 3,75%—un nivel que consideran como primera resistencia—han optado por realizar beneficios y aumentar la liquidez, a la espera de mejores niveles de compra. Piensan que el proceso de revalorización que acompaña la caída de las rentabilidades a medio plazo es evidente. Aunque las ganancias del último mes han sido generalizadas (soberanos, corporativos, financieros y deuda high yield), este advierte que muchos inversores están adquiriendo bonos de menor calidad con rendimientos superiores al 4%, sin considerar que las primas que ofrecen son mínimas en términos históricos.