Cinco claves para entender a la Reserva Federal

La Reserva Federal de Estados Unidos inició este miércoles un ciclo de reducción de los tipos de interés tras haber controlado la inflación, que se aproxima al objetivo del 2%. Jerome Powell, presidente del banco central, considera que los riesgos para cumplir su doble mandato —pleno empleo y estabilidad de precios— están equilibrados. Dado que la política monetaria es actualmente restrictiva, el momento ha llegado para flexibilizarla. El recorte de medio punto anunciado este miércoles era esperado por la mayoría de los inversores. Kamala Harris aplaudió la medida, mientras que Donald Trump intentó presentarla como una señal de debilidad económica. Sin embargo, Powell sostuvo lo contrario: cree que este ajuste evitará una recesión y que la economía está en buen estado. El desafío es no perturbar un escenario casi ideal.

1. El mercado, aunque tardío, acertó

La Reserva Federal dejó que el mercado llegara algo incierto a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). A diferencia de la primera gran subida de tipos de 75 puntos básicos hace dos años, que fue anticipada por los medios financieros, en esta ocasión los mensajes de Powell dejaron la puerta abierta, aunque veladamente, a una reducción. “Es el momento”, afirmó Powell, señalando que el banco tenía un “amplio margen” para actuar ante el debilitamiento del mercado laboral. Aun así, muchos economistas consideraban más prudente una rebaja inicial de 25 puntos básicos, dado que el empleo sigue creciendo y la inflación aún no ha alcanzado el objetivo del 2%.

A medida que avanzaba la semana pasada, el mercado comenzó a prever una reducción de 50 puntos básicos, y finalmente se inclinó por esta opción, aunque con cierta incertidumbre, con probabilidades del 60%-40%. El mercado acertó, pero lo hizo con dudas de última hora.

Cuando se le preguntó a Powell si la expectativa del mercado influyó en la decisión, evitó la cuestión directamente, indicando que la Fed actuó conforme a lo que consideraba mejor para la economía. A veces, decepcionar al mercado puede no ser lo más conveniente.

La respuesta inicial de la Bolsa fue positiva, aunque luego retrocedió, cerrando con una ligera caída. Los datos históricos recientes, según Goldman Sachs, muestran que el S&P 500 suele subir entre un 10% y un 17% tras la primera rebaja si no hay recesión, pero puede caer un 15-20% si finalmente la hay. ¿Ocurrirá esta vez?

2. Powell descarta una recesión

El presidente de la Reserva Federal rechaza la idea de que la economía esté al borde de una recesión. “La economía de EE.UU. está en buena forma. Crece a un ritmo sólido, la inflación está bajando y el mercado laboral se mantiene fuerte. Queremos que siga así”, afirmó Powell en la rueda de prensa tras la reunión del FOMC. A pesar de la insistencia de los periodistas sobre posibles amenazas futuras —algunas preguntas con tintes políticos dada la cercanía electoral—, Powell mantuvo un mensaje optimista.

Powell también descartó que la Fed esté actuando tarde. Defendió que el ajuste llega en el momento adecuado y que el banco está bien posicionado para responder a cualquier imprevisto. “Esta decisión refleja nuestra creciente confianza en que, con el ajuste adecuado de la política, se puede mantener la fortaleza del empleo en un contexto de crecimiento moderado y una inflación que baje al 2% de forma sostenida”, afirmó.

3. Un aterrizaje suave para la economía

Las nuevas previsiones de la Fed apuntan a un aterrizaje suave: crecimiento sólido, inflación controlada y un leve aumento del desempleo. Los miembros del banco no anticipan una recesión en el horizonte.

La tasa de paro cerraría 2023 en un 4,4%, ligeramente por encima del nivel actual. En cuanto al índice PCE, el indicador preferido por la Fed para medir la inflación, cerraría el año en un 2,3%, bajando al 2,1% en 2025 y alcanzando el objetivo del 2% en 2026.

Controlar la inflación sin desencadenar una recesión es la definición clásica de un aterrizaje suave, que se lograría con un crecimiento económico del 2% este año y los siguientes.

4. Un ciclo de rebajas de tipos

Las previsiones del gráfico de puntos de la Fed indican que los tipos acabarían el año entre el 4,25% y 4,5%, medio punto por debajo del nivel actual. Para lograrlo, la Fed probablemente ejecutaría dos recortes adicionales de 0,25 puntos en sus próximas reuniones, en noviembre y diciembre.

Sin embargo, Powell fue claro al decir que no hay nada preestablecido: “Seguimos tomando decisiones reunión a reunión. Sabemos que reducir la política restrictiva demasiado rápido podría frenar los avances en inflación, pero hacerlo demasiado lento podría debilitar la actividad económica”.

A largo plazo, se espera que los tipos sigan bajando gradualmente, hasta situarse en torno al 2,75%-3% en 2026, alcanzando así el tipo neutral que ni estimula ni contrae la economía. Cuanto más lejos esté la previsión, menor es su certeza.

5. Repercusiones políticas

Era previsible que Powell anunciara una rebaja de tipos en pleno año electoral, no por razones políticas, sino porque el punto de inflexión entre combatir la inflación y evitar la recesión había llegado. Donald Trump, que ha sido crítico con Powell, no ve con buenos ojos esta medida. Para el expresidente, la decisión es una oportunidad para presentar la economía como débil, aunque los datos y el mensaje de Powell sugieren lo contrario.

Cuando se le preguntó a Powell por el impacto político de su decisión, respondió con firmeza que su objetivo es servir a la economía estadounidense, y que las decisiones se toman en función de ese mandato, no de las circunstancias políticas. Además, defendió la independencia de los bancos centrales: “Los países con bancos centrales independientes tienden a tener una inflación más baja. Estamos aquí para servir a todos los estadounidenses, no a ninguna figura política”.

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