Alza ‘vertiginosa’ para el S&P 500

La cifra puede parecer “satánica”, pero resulta celestial al calcular plusvalías.

El índice S&P 500, referente global para la inversión en Bolsa, marcó en marzo de 2009 un mínimo histórico del siglo XXI: 666 puntos, el suelo alcanzado tras el derrumbe provocado por la crisis de Lehman Brothers. Desde entonces, el índice ha protagonizado un ascenso imparable, y ahora las previsiones de Bank of America lo proyectan hacia un nuevo hito de resonancias diabólicas: 6.666 puntos en 2025. Este nivel, que supone un potencial de subida del 10% respecto a su cotización actual, refleja una tendencia alcista que cuenta con el respaldo generalizado de las principales firmas de análisis, a pesar de la incertidumbre que plantea el inicio del nuevo mandato de Donald Trump.

Si el índice estadounidense alcanza los 6.666 puntos, habrá multiplicado por diez su mínimo de 2009, consolidando así un hito histórico. En este recorrido, el S&P 500 ha superado numerosos desafíos: la remontada tras la Gran Crisis Financiera, el primer mandato de Trump, el impacto de la pandemia, la explosión bursátil de los gigantes tecnológicos que hoy dominan Wall Street y, más recientemente, la victoria electoral que otorgará a Trump un segundo mandato presidencial.

Precisamente, su triunfo en las elecciones de noviembre impulsó al índice a conquistar, por primera vez en su historia, los 6.000 puntos. Máximo tras máximo, el S&P 500 acumula en 2024 una subida del 28%, consolidando su posición como un símbolo de resiliencia y crecimiento en los mercados financieros.

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La llegada al poder de Donald Trump ha sido un catalizador clave para el optimismo en torno a la continuidad del ascenso del S&P 500, previsto por la mayoría de las firmas de análisis para 2025, al menos en el corto plazo.

Las políticas de recorte de impuestos y desregulación defendidas por Trump han sido recibidas con entusiasmo por los inversores, que, por ahora, minimizan las amenazas que podrían derivarse de medidas como el aumento de aranceles o las restricciones a la inmigración. Estas políticas, aunque controvertidas, conviven con previsiones de crecimiento e inflación en Estados Unidos que sustentan la tendencia alcista.

Para Bank of America, 2025 representa una oportunidad para prepararse para lo que denominan “el infierno cíclico” del S&P 500, en un guiño a la cifra de resonancias diabólicas de su previsión: 6.666 puntos. No se trata de un escenario apocalíptico de pérdidas, sino de un entorno de ganancias concentradas en sectores cíclicos, aprovechando que el posicionamiento del mercado en estos valores es el más bajo desde la Gran Crisis Financiera. El banco apuesta por sobreponderar sectores como el financiero, consumo discrecional, materiales de construcción, inmobiliario y eléctrico. Aunque la cifra proyectada implica un alza del 10%, Bank of America insiste en que el verdadero potencial reside en una selección acertada de compañías y sectores más que en el índice en sí mismo. La entidad también prevé un aumento del 13% en el beneficio por acción del S&P 500, hasta los 275 dólares, y relativiza los riesgos de las políticas de Trump. Aunque reconoce que medidas como el control de la inmigración y la inflación salarial podrían dañar los márgenes de las empresas y frenar los recortes de tipos de la Reserva Federal, señala que el crecimiento de los salarios reales beneficiaría al gasto en consumo discrecional.

Sin embargo, el optimismo de los analistas para 2025 se apoya, en gran medida, en la suposición de que Trump no implementará todas sus promesas electorales. De lo contrario, una ofensiva arancelaria a escala global podría generar más inflación y menor crecimiento económico en Estados Unidos. UBS estima que, en un escenario optimista con repunte del crecimiento y un acuerdo comercial global, el S&P 500 podría alcanzar los 7.000 puntos en 2025. No obstante, concede a este escenario solo un 25% de probabilidades. En su escenario base, con una probabilidad del 40%, prevé que el índice suba hasta los 6.600 puntos, impulsado por la desregulación y la mejora de la confianza empresarial, junto con la aplicación selectiva de aranceles a importaciones chinas y europeas clave.

Por su parte, Federated Hermes proyecta al S&P 500 en los 7.000 puntos para 2025 y en 7.500 para 2026, gracias a la rápida implementación de una agenda procrecimiento. “Prevemos un descenso del impuesto de sociedades y una reducción significativa de la carga regulatoria, lo que impulsaría la productividad y el crecimiento económico”, señala Stephen Auth, director de inversiones de renta variable global de la firma. Además, descarta que alcanzar los 7.000 puntos deba generar vértigo en los inversores: “La valoración del S&P 500 puede ampliarse a un nivel de 21,5 veces los beneficios futuros, un múltiplo que, aunque históricamente elevado, resulta razonable si excluimos las grandes compañías growth de Wall Street, que merecen cotizar con una prima superior por sus sólidos fundamentos a largo plazo”.

En DWS, las expectativas apuntan a un crecimiento de los beneficios de las empresas del S&P 500 de entre 10% y 15% el próximo año. Su previsión sitúa al índice en los 6.500 puntos en un horizonte de doce meses. Según el director de inversiones de la firma alemana en Estados Unidos, las valoraciones de las acciones seguirán siendo elevadas, con una relación precio-beneficio futura de 21,5 veces, justificada por el impulso de las ganancias y la expansión económica sostenida.

A pesar de las perspectivas positivas para la economía y la Bolsa estadounidense, el verdadero desafío radica en la magnitud y alcance de las políticas de Trump. Por ello, algunas gestoras, sin renunciar a Wall Street, abogan por una estrategia prudente. Amundi, por ejemplo, advierte del riesgo de invertir en acciones sobrevaloradas y recomienda mirar más allá del índice. “El impacto real sobre el crecimiento dependerá de cuánto se implemente la agenda de Trump. En lugar de dejarnos llevar por el entusiasmo en torno a grandes compañías con valoraciones elevadas, preferimos apostar por áreas con mejores valoraciones, como el S&P equiponderado”, concluye la gestora francesa.

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Capafons & Cia. S.L.