5 claves del tercer recorte de tipos

El BCE ha decidido hoy un nuevo recorte de tipos, el tercero desde el giro iniciado en junio y el segundo consecutivo. Esta aceleración en las bajadas es significativa, ya que no se habían producido dos recortes seguidos desde 2011, en plena crisis del euro. El banco central insiste en que la inflación sigue retrocediendo conforme a lo previsto, pero introduce un nuevo argumento: la debilidad del crecimiento en la zona euro. No solo se trata de que los precios estén bajando, sino que las perspectivas de inflación se debilitan ante el estancamiento económico. Con menos actividad, hay menos presión sobre los precios, lo que permite mayor flexibilidad en el coste del dinero. Aun así, Christine Lagarde ha descartado que la eurozona se dirija hacia una recesión, aunque ha reconocido que todos los indicadores, tanto de inflación como de actividad económica, apuntan a la baja. Los mercados ya anticipan otro recorte de un cuarto de punto en la reunión del 12 de diciembre.

1. Preocupación por el crecimiento, aunque no sea el mandato del BCE

“Las perspectivas de inflación también se ven afectadas por las recientes sorpresas a la baja en los indicadores de actividad económica”, señala el BCE en su comunicado. Esta frase refleja la creciente preocupación del Consejo de Gobierno por el débil crecimiento en la zona euro. El único mandato del BCE es la estabilidad de precios en torno al 2% a medio plazo, incluso si ello implica sacrificar el crecimiento, como ha sido el caso en los últimos dos años de lucha contra la inflación. Sin embargo, la firmeza del BCE ha llevado a la eurozona al límite. “Nos preocupa el crecimiento en la medida en que afecta a la inflación”, ha admitido Lagarde.

El PIB de la zona euro solo creció un 0,3% en el primer trimestre y un 0,2% en el segundo. Para todo el año, el BCE prevé un crecimiento del 0,8%, con una proyección revisada del 1,3% para 2025. Sin embargo, estos cálculos se realizaron antes de que los últimos datos mostraran una tendencia a la baja, como ha señalado Lagarde. En septiembre, los índices PMI indicaron contracción económica al situarse por debajo de los 50 puntos, mientras que Alemania ya ha anticipado que su PIB se contraerá un 0,2% este año, marcando el segundo año consecutivo de retroceso para la mayor economía de la eurozona.

2. Aterrizaje suave, no recesión

Lagarde ha reconocido que el estancamiento económico no afecta por igual a toda la zona euro y ha puesto atención en sectores clave como el del automóvil, fundamental para Alemania. No obstante, mantiene que el escenario previsto por el BCE es un aterrizaje suave y no una recesión. “No esperamos una recesión en la zona euro”, ha asegurado, a pesar del debilitamiento económico y las restrictivas condiciones de financiación tras tres recortes de tipos desde junio, como reconoce el BCE.

3. Decisión unánime, sin recortes de medio punto

El recorte de un cuarto de punto aprobado hoy por el Consejo de Gobierno del BCE fue unánime, según Lagarde. No se planteó un recorte más agresivo, como el de medio punto implementado por la Reserva Federal en septiembre. A pesar de la sorpresa positiva con la inflación, cuyo dato de septiembre fue del 1,7%, el nivel más bajo desde abril de 2021, Lagarde insistió en que la lucha contra la inflación no ha terminado: “Aún no le hemos torcido el brazo a la inflación”. Se espera que los próximos datos del IPC sean más altos debido a la comparación interanual con los precios bajos de la energía en otoño de 2023. Además, hay sectores donde los precios siguen elevados, como los alimentos, cuya inflación subió al 2,4% en septiembre, y los servicios, que registran una inflación del 3,9%.

4. Sin pistas para diciembre: todo dependerá de los datos

El BCE ha reiterado que no se compromete a ninguna senda fija de tipos, a pesar de las expectativas del mercado de otro recorte en diciembre. Lagarde subraya que la decisión de hoy “no abre la puerta a nada” y que las futuras decisiones dependerán de los datos disponibles. En diciembre, el BCE también actualizará sus previsiones macroeconómicas, incluyendo proyecciones hasta 2027, lo que proporcionará una base más sólida para tomar decisiones en el futuro.

5. Atención a los aranceles y las elecciones en EE.UU.

Aunque el BCE se guía por los datos económicos, no puede ignorar el contexto político. Las elecciones presidenciales de EE.UU., que enfrentarán a Kamala Harris y Donald Trump, podrían tener un impacto significativo en la economía de la zona euro, especialmente si Trump implementa políticas arancelarias. “Cualquier obstáculo al comercio es un riesgo para una economía tan abierta como la de la zona euro”, ha advertido Lagarde.

La presidenta también mencionó los desequilibrios fiscales en algunos países de la eurozona, sin señalar directamente a Francia, que actualmente enfrenta importantes desafíos en esta área. “Nosotros ya hacemos nuestra parte trabajando por la estabilidad de precios”, concluyó Lagarde.

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